Origen de los Apellidos, cómo y cuando se formaron
La necesidad de nombrar a las personas es tan antigua
como el hombre mismo.
Cuando dos o más tienen el mismo nombre y cabe
confundirlos, para diferenciarlos se les distingue mediante un apellido o un
mote.
El nacimiento de los apellidos, paso por un proceso
evolutivo de unos tres siglos, que empieza aproximadamente en el siglo X y
termina a principios del siglo XIII. Y estos surgen en el momento en que se
hizo difícil la identificación de las personas de igual nombre, principalmente
si estaban en una misma población, lo cual se prestaba a muchas confusiones.
Entonces empezó a establecerse la conexión de los nombres propios personales
-llamados antropónimos- con que al transmitirse de padres a hijos se
convirtieron en apellidos.
Estos se formarían por su relación con el oficio o cargo
que se tenía (Herrero, Zapatero ) por sobrenombres en forma de apodos o motes,
originados por cualidades, defectos o circunstancias personales, referencia con
el nombre del padre, precedido de palabras como filius o prolis, y por ultimo
como el lugar de procedencia o residencia, expresado por medio de la
preposición "de" o por el genitivo y que se empieza a encontrar a
finales del siglo X, como confirman las referencias hacia Guitardo de Mureden o
Muredine en 978; Fedachio de Ballasia, Gamiza de Sancta Eulalia, Excipione de
Felegares, en 987. Hay que comentar que esta preposición "de " se
pierde, y solamente es mantenida casi hasta nuestros días por aristócratas y
nobles en su mayoría, aunque esto no quiera decir que todos los que aun la
lleven lo sean.
El siguiente ejemplo, tomado del censo de Omeñaca
(Arancón, Soria) de 1270, puede servirnos de ilustración. De los dieciséis
cabezas de familia de este lugar, seis se llamaban Diago (Diego), por lo que
era necesario apellidarlos para distinguirlos. Uno se llamaba Diago Millán (es
decir, hijo de Millán o Emiliano); otro, Diago Gil (hijo de Gil); un tercero,
Diago el Pastor; otro, Diago de María Viceint (o sea, hijo de María Viceint o
Vicente), etc.
Desde la Edad Media los apellidos identifican a las
familias y en muchos casos tienen asociado un escudo o blasón, dando muchos de
ellos un significado al apellido.
Los apellidos identifican nuestra familia, los hemos
heredado de nuestros padres, quienes a su vez los heredaron de nuestros abuelos
y así sucesivamente hasta perdernos en la historia de nuestras raíces. Cada
persona suele tener dos apellidos provenientes de la familia de su padre y de
su madre (apellido paterno, apellido materno)
Por lo menos en los países de habla hispana y portuguesa,
en estos últimos se suele invertir el orden (apellido materno, apellido
paterno). En otras culturas suele usarse sólo uno de los dos apellidos y en
regiones como Islandia, Tíbet o la Isla de Java no es costumbre usar ningún
apellido.
Distribución Geográfica
Es decir, la procedencia geográfica y cultural del
apellido (sobre todo de los Españoles, sin excluir otros; especialmente los Portugueses,
Franceses, Italianos y Amerindios). Un
mismo apellido puede tener varios orígenes; por ejemplo, es cierto que Haro es
un apellido toponímico que procede de la ciudad homónima de La Rioja (España),
pero se ha descubierto que es probable que muchos De Haro, tal vez la mayoría,
se llamen así porque el primero de su linaje procediera de otra población llamada Haro, hoy despoblada, que
fue fundada en el sur de Cuenca por el Señor de Vizcaya, Diego López de Haro,
tras la victoria de Las Navas de Tolosa en 1212. Esa entidad, que parece que aún
existía en 1575, fue incluso cabeza de un señorío que comprendía Villaescusa de
Haro, Fuentelespino de Haro, Carrascosa de Haro, Rada de Haro y Casas de Haro.
También Villar de la Encina, cercana a las poblaciones anteriores, se llamó
antiguamente de Haro.
Otro ejemplo: Pedro es un apellido patronímico que
procede del antropónimo cristiano Pedro –del latín Petrus, adaptación del
griego Pétros, que traduce el hebreo Kefas, piedra–, pero se ha visto que hay
(De) Pedro que se apellidan así porque un antecesor suyo era de un lugar
llamado Pedro, en Montejo de Tiermes (Soria). El apellido (De) Pedro consta ya
en el siglo XVI en lugares cercanos a dicho lugar, como la Hoz de Arriba, La
Perera, Pozuelo, Tarancueña y Valderromán.
Según la repartición antigua y actual hay apellidos que
ya no existen en su zona de origen o son más abundantes en otras, debido a las
migraciones. Por ejemplo, Preguezuelo (diminutivo de Priego), que procede de un
antiguo castillo de Cuenca, ya no existe en esta provincia: en la Península
Ibérica hay que buscarlo sobre todo en Sevilla. Y en Argentina, por ejemplo,
existe su variante Pleguezuelos.
Los Apellidos y sus usos
Los apellidos y sus reglas surgen en el siglo XVIII,
vienen junto a la Revolución Francesa, junto al siglo de las luces y la
racionalidad.
Antes de esa época era común en toda la península Ibérica
así mismo como en Portugal que los hijos de alguna familia adoptaran el
apellido de la madre, padre, abuelos, ya sea paterno o materno o algún
antepasado anterior, basándose en la gloria y poder de este, donde las reglas
de caballería y los romances andaban de la mano.
Por tanto hay muchos portadores de un apellido que no
pertenecen al núcleo familiar por parentesco.
Se agregaba el problema de la grafía, es decir cómo se
“escribía el apellido”, así mismo como la “castellanización” de los mismos, lo
cual no es exclusivo de América, si no de Europa, cada país modificó a su
arbitrio y a la calidad de sus escribanos, los apellidos provenientes de fuera
de sus fronteras.
Los apellidos compuestos han cambiado y su objeto ha sido
simplificarlos o acortarlos, esto ocurrió en forma masiva, después de 1800, un
ejemplo es “De Silva” como “Silva” y “Miguel de Lara” como “Miguel Lara”.
Una culpa importante de estos cambios la tienen los
escribanos, los interesados o los sacerdotes que manejaban estos apellidos en
las ocasiones solemnes.
Títulos y apelativos eran usados con gran parsimonia en
todos los documentos que suscribían, como así mismo a su condición social y
alcurnia.
Consideraciones de los Apellidos
Para construir el árbol genealógico hay que tener en
cuenta que durante los siglos XVI y XVII, se producen cambios frecuentes en los
apellidos, unos llevando un apellido aunque no corresponda en esa generación
porque va ligado a la posesión de varonía o a un mayorazgo o porque es el
apellido del antepasado más notable, también es fácil que cambie un apellido al
moverse de provincia, que un apellido plural se singularice, o que al llevarlo
una mujer se feminice el apellido, o que se castellanicen apellidos como sucede
con apellidos vascos o navarros que emigran a Andalucía. También se produce el
caso de apellidos extranjeros que se traducen por ejemplo "White",
por Blanco.
Significado y Etimología de los Apellidos
Los apellidos o nombres de familia pueden clasificarse en
varios tipos, que dado el origen apódico de muchos apellidos a veces se
entrecruzan, la mayoría aluden al nombre de un progenitor, que en España es
casi siempre el del padre (patronímico), como Sánchez (hijo de Sancho), y rara
vez el de la madre (matronímico, como María); otros muchos son de origen
geográfico, o sea, indican el nombre de la zona o población de origen o
señorío, como Navarro (gentilicio de Navarra) y
Oyarzun (apellido toponímico que alude a un municipio guipuzcoano);
otros son de oficios, como Ferreiro (herrero en gallego y portugués); o
apódicos propiamente dichos, ya que nacieron de motes o apodos, como Gros
(grande en catalán). También hay, entre otros, apellidos compuestos, por
ejemplo de patronímico y toponímico, como Ruiz de Castilla (aragonés), o de
patronímico y de oficio, como el catalán Gruartmoner (unión de sendos linajes
Gruart y Moner, molinero).
Además, en España y América hay que tener en cuenta sus
diversas lenguas y su evolución, ahora y en el pasado: pre indoeuropeas
–incluido el Vasco–, Celtas, Románicas, Gótica, Árabe, Guanche, amerindias...
Por ejemplo, Alconchel de Ariza –en el sudoeste de Zaragoza– ha originado
linajes del apellido Alconchel. Éste es un topónimo Árabe en cuyo inicio se
reconoce el artículo al (el). Ahora bien, en este caso, los musulmanes
arabizaron un topónimo (*Conchel) creado en la lengua mozárabe que hablaban, en
general, los cristianos de la España Islámica. Y esta lengua, a su vez, es una
evolución del latín vulgar traído a la Península Ibérica por los romanos.
Parece que Conchel procede del latín concilium, que significa reunión,
asamblea, consejo o concilio. Su significado sería concejo, palabra que deriva
del mismo étimo.
FORMACIÓN DE LOS APELLIDOS HEREDITARIOS
De origen Patronímico
Los apellidos patronímicos están muy difundidos y son
aquéllos que han sido originados por un nombre propio. En la antigua Corona de
Castilla y en países que fueron sus colonias, se utiliza principalmente la
desinencia "-ez" que equivale a ‘hijo de’ o 'descendiente de'. Por
ejemplo, del nombre de pila Lope deriva López, equivalente a "hijo de
Lope". En países de habla portuguesa se emplea una terminación con el
mismo origen: "-es". Se trata de una desinencia de origen gótico que
originalmente se habría transcrito "-ath". Así, Fernández en su forma
más primitiva habría sido Fritunanthath, siendo Fritunanth el origen gótico del
nombre Fernando. Álvarez (Álvar/Álvaro) Alves Antolínez Antolín), Antúnez
(Antón o Antonio), Benítez (Benito), Bermúdez (Bermudo) Bernabé (Bernal),
Capone Celis De los Reyes Díaz, Díez, Diéguez (Diego), Domínguez (Domingo)
Enríquez (Enrico y Enrique), Estévez (Esteve, Estevo, Esteban), Fernández,
Hernández (Fernán, Fernando, Hernán), Fernández de la Cuesta Flores (derivación
de "Flórez", a su vez metátesis de "Fróilez", 'hijo de
Fruela o Froilán', o directamente Flores) Galíndez (Galindo), Gálvez (hijo de
Galva, o hijo de un galvo), Garcés, Garcés (García), Gil (derivado de Egidio),
Giménez, Jiménez, Ximénez (Eximeno, -onis: Eximénonis, Ximenis, Ximenes...),
Godínez (Godo, Godino), Gómez (Gome o Guillermo), González (Gonzalo,) Gutiérrez
(Got-land, Got-tierra, utierre, ‘de la tierra de los godos’), Henríquez
(Henrico, Henrique), Ibáñez (Ibaño, Iván), Íñiguez (Íñigo), Juárez (Juan,)
Juánez (Juan) Láinez (Laín), López (Lope, Lupus, en latín ‘lobo’), Lourenço
Márquez (Marco, Marcos), Martínez (Martín), Matamoros Santiago Matamoros),
Medel (Médulo o Médano), Meléndez (Melendo) Méndez (Mendo), Menéndez (Menendo),
Mínguez (Mingo o Domingo), Morata Muñoz (Muño) Núñez (Nuño), Ordóñez (Ordoño;
puede derivar del nombre Fortún, Fortunio, imilar al latín fortunatus,
afortunado), Ortiz ("hijo de Ortún"; Ortún deriva de Fortún, del
latín fortunatus, afortunado; o directamente de Fortis "fuerte"),
Peláez (Pelayo), Peña Pérez (Pero, Pere, Pedro), Peretz (Pero, Pere, Pedro),
Ramírez (Ramiro), Rodríguez (Rodrigo o Roderick), Ruiz (Ruy, Roy o Roi, todos
ellos hipocorísticos de Rodrigo), Salvadórez (Salvador), Sánchez, Sáez, Sainz,
Sáenz... (Sancho), Santoy Santoyo Silva (Silfredo), Suárez, Juárez, Xuarez
(Suero), Valdés, Valdez Valdo, Waldo, rey visigodo), Vásquez (Vasco), Velázquez
(Velasco), Vélez Vicente Yágüez (Yague y Yago), Ysabel (Nombre de pila femenino
Isabel) espiga (nombre proveniente de las cortes supremas)
De origen Toponímico
Estos apellidos son los más difundidos en el mundo
hispano. Derivan del nombre del lugar donde vivía, procedía o poseía tierras la
persona o familia asociados al apellido. Muchos se encuentran
Precedidos de la preposición "de",
"del", "de la" o simplemente son gentilicios.
De procedencia de nombres de Ciudades, Pueblos, Ríos,
Montañas y Accidentes Geográficos.
Aguas, Aguilar, Cuadros, Alameda, Altamirano, Anglès,
Aragonés, Aranda, Arriaga (pedregal), Arroyo, Arrúa, Asturias, Artiga (tierra
arada), Avellaneda, Ávila, Barahona / Baraona, Barceló, Bilbao, Bisbal de La
Bisbal Bonilla, Bosco, Cádiz, Calle, Cárdenas, Carpio (provincia de Valladolid)
Carranza, Castañeda, Catalán, Cava, Cepeda, Cervantes, Cózar (provincia de
Ciudad Real), Cuenca Dávila (resultado de la contracción De Ávila), De Frías,
De la Calle, De la Costa, De la Cruz, De la Fuente, De la Parra, De la Peña, De
la Plaza, De la Rivera, De los Riscos, De la Rosa, De la Rúa, De la Sierra, De
la Torre, De la Vega, De Loño, Del Barco, Del Cabral, Del Campo, Del Castillo,
Del Castro, Del Hoyo, De Leiva, Delmonte, Del Pilar, Del Pozo, Del Río, Del
Valle, Del Villar, Escobar, España, Estrada, Franco, Frontera, Fuentes, Gallego,
Giró, Huertas, Jerez, Jerezano, Lagunas, Linares, Loño, Madrid, Málaga,
Mansilla, Manzaneque, Manzano, Mares, Marín, Marino, Marroquí, Miranda, Molina
/ Molino, Monclús, Monroy, Monroe ("hombre del río Ro", en
Escocia)[cita requerida] Montes, Montilla, Muchotrigo, Nápoles (de la ciudad
Napoli en Italia), Navarra / Navarro, Olloqui, Olmo/Olmos/Olmedo, Palmar,
Orihuela, Pineda, Pozzo, Ardizzi, Prado, Prenafeta, Riancho, Ribadavia,
Rivadavia (‘a orillas del Avia’ o ‘ribera del Avia’) Rivas, Sangüesa, Sanhueza,
Sambuesa, Zanhuesa y otras deformaciones de este apellido´ Salazar, Santander,
Serrano, Sevilla, Silveira, Soler, Soria, Soto, Tarragó Tarragona Tàrrech
Toledo, Toledano, Tormo, Torquemada, Torrente, Torrequebrada, Torres,
Tortajada, Troncoso, Valderas o Balderas (Valle e Eras) (provincia de León)
Valenzuela, Valle, Valpuesta, Vargas, Viera, Villa, Villalba, Villanueva,
Villas, Viñas, Vitoria, Zamorano.
Los apellidos toponímicos son muy numerosos en español y
forman casi el 80% de los apellidos navarros y vascos, en particular aquéllos
que siguen a un sobrenombre (por ejemplo, ‘Otxoa de Zabalegi’, o sea, ‘Otxoa
(nombre propio medieval 'el lobo' de Zabalegi’). También se aplica a los
accidentes geográficos, o cosas de la naturaleza, de todo lo que el hombre ve y
conoce sobre la faz de la Tierra: Cerro, Colina, Cuevas, Hoyos, Lago / Lagos,
Laguna, Montemayor, Montaña, Montes Nieves.
También los nombres de la flora: árboles (Castaño,
Encina, Palma, Robles, Granado/Granados); de flores, muy frecuentemente adoptados
por los judíos conversos (Clavel, Flores, Rosal) o en otros idiomas Stengel
(‘tallo’, en alemán); de edificaciones o partes de éstas (Castillo, Columna,
Palacios, Paredes, Atalaya); de animales (Toro, Vaca, Cabeza de Vaca, Águila,
Aguilar, Garza, Aguilera, Cordero); de partes de una ciudad (Calle, Fuentes,
Plaza, Puente); de los colores (Blanco, Pardo, Rojo, Verde).
De Profesión u Oficio
Son aquéllos que derivan del oficio o profesión que
ejercía la persona o familia asociada al apellido. Las circunstancias
personales u oficio y dignidad eran utilizadas para distinguir a unas personas
de otras. Una fuente importante de los apellidos hispanos: Carpintero,
Cardenal, Monje, Alcalde, Rey, Conde, Marqués, Alférez Ballester, Ballestero,
Ballesteros, Batanero, Botero, Caballero, Camarero, Caminero, Cantero,
Carpintero, Carnicero, Carreiro, Carretero, Castillero, Cerecero, Cillero,
Correa, Escobar, Espantoso (procedente de Valladolid por 'espanta-oso'),
Expósito (del Hogar de Huérfanos) Escrivá, Ferrer,, Ferrero, Fraguas, Herrera,
Herrero, Guerrero, Hidalgo, Jurado, Labrador, Manzaneque / Manzanero, Marinero,
Merino (nombre del juez o autoridad de una merindad), Melero (mercado de la
miel), Molina, Molinero, Montés, Ovejero, Panadero, Pastor, Rueda, Sacristán, Saetero
Sastre, Sartori Sillero Soldado Teixidó (Evolución de Teixidor en catalán o
Tejedor en castellano), Tejedor, Tornero, Verdugo, Vinciguerra, Zapatero.
De Apodos o Descripciones
Son aquéllos que derivan de una descripción o algún apodo
de la persona o familia asociada al apellido. Una de las formas más primitivas
y tradicionales que distingue al ser humano es el hacer referencia a alguna
característica física o moral que permitía diferencias a unos de otros (Visigodos,
Romanos, nativos Americanos y Aborígenes Canarios)
Delgado, Feo, Hermoso, Rubio, Moreno, Leal, Travieso,
Malo, Acero, Aguado, Alegre, Bastardo, Bello Blanco, Bocanegra, Bravo, Bueno,
Cabello, Cabeza, Cabezón, Cabrera, Calvo, Cano, Cejas, Claro, Cortés, Crespo,
Cuéllar, Culasso, Delgado, Descalzo, Gallo, García (la garzilla), Garrido (de
belleza), Gordo, Grande, Grasso, Hurtado, Larrea, Laso, Leal, Lozano, Manso,
Machuca, Marica, Negrete, Negrón, Niño, Odio, Pellón (de pellejón, aunque
también puede ser de pelliza), Prieto, Redondo, Arredondo, Sarasa, Seco, Sordo,
Veloz
De la influencia
de la Inquisición
Algunos apellidos compuestos como San Basilio, San Juan,
San Martín, Santamaría, Santana, Santángelo, Santiago o en general aquellos que
comienzan con San, Santa o Santo nacieron entre otros casos, en épocas de la
Santa Inquisición española, cuando los sefardíes, gitanos y otras etnias
tuvieron que huir y cambiar de apellidos usando estos compuestos.
De Origen
extranjeros Castellanizados
Son aquéllos que no tienen un origen hispano, pero que
con la influencia del castellano fueron transformándose con una grafía o
gramaticalmente a lo más parecido en la fonética española, lo más común es
debido a la presencia de algún individuo de un linaje extranjero radicado en
España. También son castellanizados algunos apellidos de procedencia indígena:
O´Donnell, Swartz, Osborne, Cólogan, Hamilton, Waló,
Wangüemert, Yanes, Melo, Dorta, Carballo. A la mayor parte de los Aborígenes Canarios
se les impuso nombres, religión y apellidos, españoles o portugueses. Sin
embargo fueron utilizados por lo que eran conocidos por: Bonilla de origen
Español, Chicharro de origen Portugués, Duval de origen Francés, Saint Esteben
de origen Francés, Gallardo Procede del Francés Gaillard o Gallard, Hadad
apellido de origen árabe-Libanés, Hasbún apellido de origen Árabe de Palestina,
Isorna es de procedencia Celta, Jara de origen árabe de Siria o Arabia Saudita,
también difundido en Irlanda (O´hara), Medina voz hebrea que significa
"Estado" Mohamed voz árabe, Nazar de procedencia árabe, Nolasco tiene
su origen en Italia, Rocha tiene origen en Italia, Picaso o Picasso de origen
Italiano, Sulca origen Quechua los indígenas Doramas, Bencomo, Buypan, Abtejo,
Chusuga, Baute, Chinea, Guanche, Oramas, Tacoronte, Taoro...
En el portugués se usa el mismo sistema, pero los apellidos se
invierten, mientras que en el resto del mundo sólo se hereda el apellido
0 comentarios:
Publicar un comentario